Si estás buscando una receta que eleve el clásico arroz cantonés a otro nivel, ¡has llegado al lugar correcto! Aquí te enseñaré a preparar un arroz con todo el sabor y la textura perfecta, gracias al toque crujiente que aportan las salchichas doradas y los guisantes.
Para que todo salga a pedir de boca, te aconsejo que organices bien tus ingredientes antes de empezar. Prepara el arroz SOS largo, las salchichas, y las verduritas, y asegúrate de tener a mano un chorrito de salsa de soja. Con eso y un poco de paciencia, tendrás un plato asiático para chuparse los dedos.
Y si después de disfrutar de este arroz cantonés te quedas con ganas de probar algo diferente, te recomiendo que no te pierdas nuestra receta de arroz con costillas de cerdo o el sencillo arroz con salchichas frescas. ¡Ambas son tan irresistibles que no dejarás ni un grano en el plato!
¡Hora de la verdad, amigo cocinillas! Antes de empezar a calentar hay que tenerlo todo a punto. Agarra esos 300 g de Arroz SOS Largo, el preferido de los que adoramos el arroz cantonés con grano suelto, y los 680 ml de agua. La clave está en cocerlo en dos tandas: una tradicional y otra que se mete al horno para un crujiente de estrella Michelin.
Vamos a divertirnos con las verduras. Corta la cebolla y la zanahoria en brunoise, ¿te suena a francés? Lo importante es que sean pequeños dados para integrar bien. Recuerda elegir guisantes frescos o congelados. Los 3 huevos, tenlos listos para el toque sorpresa final. ¡Y que no falte un chorrito de salsa de soja! Sin olvidar sal, pimienta, aceite de oliva virgen y unas salchichas de cerdo cortadas en pedazos generosos, ¡van a dar la campanada en cada bocado!
Para comenzar nuestro arroz cantonés, usamos Arroz SOS Largo. Vamos a cocerlo según las instrucciones del paquete. Un rato en abundante agua con sal hará que esté perfecto. Una vez listos, escurrimos bien y aquí viene la magia: lo dividimos en dos partes. Fácil, ¿verdad?
Resérvese una parte tal cual, y la otra se convierte en nuestro toque especial. Extendemos en una bandeja, añadimos aceite de oliva y salsa de soja, ¡al horno! Este truco nos da ese crocante irresistible, como los bites estilo Pulga. ¿El toque final? El contraste del arroz suave con crujiente es espectacular.
Vamos a darle vida a nuestro arroz cantonés. En una sartén grande o wok, calienta un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Comienza con la zanahoria, que necesita un poco más de tiempo para alcanzar ese punto perfecto entre tierno y crujiente. ¡Ya verás qué toque le da!
Pasados unos 7 minutos, es momento de añadir la cebolla. Deja que ambas se cocinen juntas a fuego medio-alto durante otros 5 a 7 minutos. El objetivo aquí es que queden bien pochadas, pero con el toque justo para que cada bocado cuente y destaque en nuestro plato.
En cuanto las verduras estén en su punto, es hora de animar la fiesta con las salchichas de cerdo troceadas. La clave es subir el fuego al máximo para que se sellen bien y suelten toda esa grasita deliciosa. Imagina todos esos sabores mezclándose con la cebolla y zanahoria. ¡Puro disfrute al estilo del arroz cantonés!
Luego, añade los guisantes al wok. Con el calor, estos pequeños tesoros absorben cada gota de sabor, quedando en un punto perfecto, ni duros ni blandos. Esta combinación no solo aromatiza tu cocina de manera que recuerda a esas comidas familiares, sino que también prepara el terreno para reunir a todos en torno a la mesa.
Es hora del momento estrella de este arroz cantonés. Añade el arroz cocido y esos deliciosos trocitos crujientes al wok. Revuelve con ganas, sin timidez, asegurándote de que cada grano esté cubierto de sabor. La cosa aquí es mezclar bien, sin vergüenza.
Ahora desplaza los ingredientes hacia los bordes del wok, dejando un huequito en el centro. Ahí, casca los tres huevos. Es un truquito que da un toque extra al plato. Y para el toque final, un chorrito de salsa de soja, perfecta para conectar los sabores. ¡Un último meneo al fuego y listo!
Es el momento de servir este arroz cantonés caliente y dejar que su aroma envuelva la cocina. Entre sus texturas jugosas, tiernas y crujientes, es un plato que enamora a los más pequeños y a los mayores. Perfecto para una cena asiática en casa o para esos días donde improvisar es la clave.
En casa somos de palillos, pero ¡aquí vale todo! Puedes usar cuchara o tenedor, lo importante es disfrutar sin dejar ni un grano. ¿Sabes ese momento donde estás tan concentrado disfrutando que hasta el tiempo pasa volando? Pues así es esta experiencia culinaria, un momento de placer asiático.
El arroz cantonés casero es de esas recetas que sorprenden por lo fácil que resulta y lo mucho que gusta. Perfecto para una cena informal, para dar color a tu menú semanal o simplemente para darle una vuelta a las verduras de siempre con un toque diferente. Con el arroz SOS Largo como base, y combinando ingredientes tan sencillos como huevos, guisantes, zanahoria y un buen chorrito de salsa de soja, el resultado es un plato sabroso, equilibrado y muy versátil.
Y si te has quedado con ganas de más, te recomendamos probar otras propuestas irresistibles como este arroz frito con gambas, o el clásico arroz frito chino con pollo. Dos recetas fáciles que también tienen ese toque internacional que tanto nos gusta.
¡Anímate a prepararlo en casa y cuéntanos el resultado! Y si buscas más inspiración, échale un ojo a la receta de arroz con tomate y salchichas, el fabuloso arroz con salmón y soja, o si estás de humor para algo más clásico, prueba el arroz con pollo.