¿Nunca te ha pasado que estás disfrutando de una buena paella y justo te toca una cáscara traicionera o una espinita despistada? Pues la paella ciega es la solución perfecta. Una receta pensada para que solo te concentres en el sabor, sin distracciones ni obstáculos. Todo viene pelado, limpio y listo para comer a gusto. Ideal para quienes quieren disfrutar de la paella de siempre, pero sin complicaciones.
Este plato tiene ese aire tradicional que nos conecta con la cocina de toda la vida, pero al mismo tiempo se adapta a la comodidad del día a día. Con ingredientes como marisco fresco, buen pollo y, por supuesto, arroz SOS Especial Paellas, vas a conseguir ese punto perfecto entre sabor profundo y textura suelta que tanto gusta.
Esta versión es una manera diferente de disfrutar lo de siempre. Y si te quedas con ganas de seguir explorando, te recomiendo probar esta paella de rape y verduras o esta paella de almejas y carabineros. ¡Sigue leyendo y verás lo fácil que es prepararla!
Antes de que el fuego empiece a hacer su magia, deja todo bien listo. Lava y corta sin prisa: los pimientos rojos en cuartos, las judías verdes en trozos no muy grandes, la sepia en daditos y el pollo en piezas pequeñas. El ajo, el perejil y las cebollas, bien picaditos, como si fueras a hacer un sofrito de los que huelen a domingo. Ralla los tomates y deja todo preparado para que luego no te pille el toro.
¿Te apetece una opción aún más marinera? No te pierdas esta paella de langostinos, perfecta para los que no se cansan del sabor a mar.
Este paso marca la diferencia. Pela los gambones con cariño y, si hace falta, retira la tripa con un palillo (truco viejo pero útil). Si son congelados, échale un ojo a esta guía para descongelarlos bien, que no es tan obvio como parece.
En una cazuela, echa un chorrito de aceite y dora las cabezas y carcasas hasta que estén bien tostadas. Añade un litro de agua y deja que hierva suavemente durante unos 30 minutos. Luego cuela y guarda ese caldo, que es puro oro para el arroz.
Este es el momento de darle cariño a cada ingrediente. En una sartén, cocina los pimientos a fuego bajito durante dos horas, como si fueran mermelada salada. Mientras, en la paellera, dora el pollo hasta que esté bien sellado. Luego las judías verdes, solo un toque dorado, y la sepia hasta que coja buen color. Los gambones, una pasadita rápida para que no se pasen. Todo esto lo vas reservando con mimo.
Ahora viene el alma de la paella. En la misma paellera, sofríe el ajo y el perejil durante unos minutos. Añade las cebollas con una pizca de sal y déjalas pochar sin prisa, unos 40 minutos, hasta que estén dulces como una compota. Es tiempo bien invertido, créeme.
Hazles sitio en los bordes, y en el centro tuesta con cuidado el azafrán. Añade el pimentón (que no se queme) y enseguida el tomate rallado. Cocina 5 minutos.
Vuelve a incorporar el pollo, la sepia y las judías a la paellera y luego añade el vino blanco y deja que reduzca. Añade el caldo caliente y espera a que hierva. Aquí es donde entra el protagonista: el arroz SOS Especial Paellas. Echa 320 g y repártelo bien sin remover. Cocina a fuego fuerte 8 minutos, y luego baja el fuego otros 8.
Cuando ya esté casi listo, coloca los pimientos confitados y los gambones por encima como si decorarás una tarta salada. Si el fondo empieza a sonar y huele a tostado… ¡ese es el socarrat! No lo toques, es un tesoro.
Este toque no es obligatorio, pero marca un antes y un después. Calienta unas hebras de azafrán con aceite a unos 60-70 °C y déjalas infusionar 5-10 minutos. En un vaso batidor, pon un huevo, un ajo, limón y sal. Bate mientras echas aceite poco a poco hasta que emulsione. Al final, añade el aceite con azafrán y tendrás un alioli de los que hacen historia.
Sirve directamente en la paellera, que para eso está. Pon una cucharadita de alioli de azafrán en cada ración y, si quieres darle un toque fresco, un poco de cebollino picado por encima. Una paella sabrosa, bonita y, lo mejor, sin tener que pelearte con cáscaras. Así se repite seguro.
La paella ciega no es solo una curiosidad, es de esas recetas que se quedan en casa. Cómoda, sabrosa y sin sorpresas al masticar. Respeta todo lo bueno de la paella tradicional, pero con un punto elegante que la hace perfecta para compartir sin preocupaciones.
Con un buen sofrito, un caldo potente y el arroz SOS Especial Paellas, tienes todo lo necesario para que salga redonda. Y si te has quedado con ganas de más, échale un ojo a esta paella de costillas y alcachofas o esta paella mixta. ¡Seguro que alguna se cuela en tu menú de la semana!