¿Te gustaría aventurarte a crear un plato que reúna la esencia del mar y el confort del arroz? Esta receta de arroz con mariscos es la opción ideal para esos días en los que quieres sorprender y ser recordado. Perfecto para compartir con amigos y familia, cada cucharada es un deleite que transporta a un festín de sabores.
Antes de comenzar, asegúrate de contar con ingredientes frescos que maximicen la experiencia gastronómica, como nuestro tentador arroz SOS Redondo. Prepara tus utensilios y espacio de trabajo, porque una vez que el aroma empiece a llenar tu cocina, no habrá quien se resista a disfrutar de este arroz con mariscos. ¡Manos a la obra!
Si te ha gustado esta receta, te recomiendo también probar el arroz caldoso con calamares, vieiras y gambas, o si prefieres algo más sencillo, el arroz caldoso con calamares y gambas. ¡Ambas son una delicia!
Comenzaremos cocinando al vapor esos alegres mejillones. ¡Déjalos cantar y abrirse con el calor! Así, conseguiremos que aporten su suculento sabor a nuestro plato peruano tradicional con sofrito. ¿Y si no se abren? No pasa nada, simplemente retíralos, ya no están invitados a la fiesta del arroz con mariscos.
Recuerda, cada mejillón se suma al banquete del plato principal, impregnando todo con su esencia marina. La frescura en cada bocado es lo que realmente hace especial a este arroz con mariscos. ¡Qué delicia preparar una receta sin gluten tan sencilla y rica! Y ahora, picha, ve abriendo una botella de vino y disfruta cocinando.
Y ahora, el truco que hace bailar a este plato peruano tradicional: el sellado de mariscos. Lo primero es dorar las gambas sin pelar en una sartén con un poco de aceite, como si estuviéramos comenzando un ritual gastronómico. Al verlas doraditas, las reservamos y vamos preparando las peladas. ¡Ojo! Espera a que el aroma marinero empiece a perfumar tu cocina.
Terminamos con los calamares, que en esta receta se merecen la misma sartén y protagonismo. ¿Sientes ya la emoción de crear un festín de arroz con mariscos? Una vez doraditos, el sabor a mar está listo para impresionar. Deja que el entusiasmo fluya y abre un vinito si te apetece; ¡estás a punto de cerrar con broche de oro!
¿Quién no ha quemado un sofrito alguna vez? Tranquilo, aquí vamos a domarlo. Comenzamos cortando ajo y cebollas en brunoise, como si quisiéramos llenar la cocina de ese aroma dominguero que tanto nos gusta. Agregamos un pimiento rojo y tomate troceado, todo dentro de la sartén, y dejamos que se mezclen bien los sabores.
El truco está en cocinar a fuego lento, para que los ingredientes caramelicen un poco. Esto no solo potencia un dulzor natural que juega de maravilla con los mariscos, sino que también hace del sofrito la estrella de nuestro arroz peruano tradicional. ¡Ánimo! Seguro te sale espectacular al primer intento.
Ahora llega el momento de poner el arroz en escena: añadimos nuestros 300 gramos de arroz SOS Redondo al sofrito que ya lleva rato perfumando la cocina. Vamos a removerlo bien para que cada grano se impregne de ese sabor mágico. ¡Imagínate un domingo en casa con este aroma!
Asegúrate de que el arroz tome color y sabor antes de añadir el caldo. ¿Ves cómo se empieza a humedecer? Ese es el truco para un arroz con mariscos inolvidable. Como diría mi abuela, «no hay prisa, que el amor en la cocina se cuece a fuego lento».
Aquí llega uno de esos pasos que huele a magia: ¡es momento de añadir el caldo! Con cuidado, vertemos el caldo de pescado junto con el azafrán y dejamos que el arroz con mariscos se cocine a fuego medio durante 15-17 minutos. Una cucharadita de sal ajustará todo a nuestro gusto, pero tú decides.
A medida que nuestro plato delicioso se acerca al final, introduce el resto de los mariscos. Estos últimos minutos a fuego medio permiten que todo se una en un abrazo perfecto de sabores. Antes de servir, decora con perejil y un toque de pimienta, ¡listo para disfrutar! ¿Quién se apunta?
Preparar un auténtico arroz con mariscos es mucho más que seguir una receta; es una experiencia llena de sabor que nos une en la mesa. Al utilizar ingredientes de calidad y seguir nuestros pequeños trucos, tendrás un plato que no solo habla de tradición, sino también de amor por la cocina. Y aquí va el truco del almendruco: pon atención en la frescura de tus mariscos y trata con cariño cada paso de la preparación. Al final, no hay nada como disfrutar de este manjar casero rodeado de buenos amigos o familia.
Si te ha gustado esta receta, te recomiendo echarle un ojo a algunas otras variaciones deliciosas como esta receta de arroz caldoso con calamares y gambas, este arroz cremoso con mejillones, o quizás te apetezca un sabroso arroz caldoso con bonito. ¡Atrévete a probarlas todas!