Imagina un plato que reúne todo el confort de los garbanzos con la calidez del arroz: los auténticos garbanzos con arroz. Esta receta, un guiño a la cocina tradicional española, no solo es deliciosa y nutritiva sino también ideal para cualquier estación del año. Perfecta si buscas cuidarte mientras disfrutas de un sabor casero inolvidable.
Antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de que tienes todos los ingredientes listos, como si estuvieras organizando una pequeña fiesta en tu cocina. La clave está en disponer de tus garbanzos cocidos, el Arroz SOS Redondo y, por qué no, atreverte a jugar con los ingredientes adicionales que hacen de este plato una experiencia inolvidable.
Si te ha despertado la curiosidad este delicioso plato, te recomiendo que también le eches un vistazo a nuestra patatas con arroz y bacalao o al reconfortante arroz caldoso con bacalao y patatas. ¡Dos recetas que te conquistarán desde la primera cucharada!
Vamos a preparar un guiso de garbanzos con arroz que querrás repetir muchos domingos. Empecemos por pelar y cortar los ajos en rodajas finas. Así se dorarán sin prisa, evitando que se quemen. Luego, lava las patatas y córtalas en trozos medianos. Con esto, tus papilas gustativas ya empiezan a bailar.
Asegúrate de que las migas de bacalao estén bien desaladas y, si hacen falta, pícalas más pequeñas. Para los novatos en el bacalao, échale un ojo a nuestra guía sobre cómo desalar el bacalao de manera rápida y fácil. Todo listo y organizado hace la diferencia para que el guiso sea un éxito.
¿Listo para darle vida a esos garbanzos? Empieza poniéndolos a bailar en una olla con abundante agua fría. Cocínalos a fuego medio durante unos 60-90 minutos. Judgar qué tan tiernos están depende de su tamaño y frescura, así que dale su tiempo sin prisa. ¡Paciencia que el sabor lo merece!
Mientras los garbanzos van a lo suyo, aprovecha para cortar la cebolla en dados pequeños y dorarla en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Dale unos 8-10 minutos sin parar de mover, hasta que se ponga dorada y suave. Añade pimentón, remueve rápidamente y asegúrate de que no se queme para no amargar la mezcla.
En cuanto notes que los garbanzos están en su punto suave pero firme, es hora de invitar a las patatas y zanahorias a la fiesta en la olla. Vamos a darles 10 minutos, el tiempo justo para ablandarse pero no rendirse del todo. Recuerda, aquí buscamos un equilibrio perfecto entre ternura y textura.
Ahora viene el turno de la cebolla sofrita y el Arroz SOS Redondo, la estrella del plato. El secreto está en cocinarlo lentamente, removiendo con cariño para evitar el desagradable efecto ‘pegote’. Y si necesitas más líquido, un chapuzón de caldo caliente hará maravillas. En 18-20 minutos tendrás un arroz que te hará sonreír de orgullo.
Mientras el arroz y los garbanzos se cocinan a fuego lento, aprovechemos el tiempo para crear esas irresistibles bolas de bacalao. En un bol grande, combina las migas de bacalao con los huevos y el perejil, removiéndolos hasta que sean uno solo. Luego, incorpora las migas de pan y esa pizca de leche indispensable. ¿El truco? La masa debe ser firme, como una buena amistad.
Con la mezcla ya lista, formamos bolitas del tamaño de una nuez. ¡Cuidado! No te pases de grande o te costará freírlas. Fríelas en aceite bien caliente hasta que estén doradas; que crujan al morderlas. Ponlas sobre papel de cocina para eliminar ese exceso de aceite y listo, el acompañamiento perfecto para tu plato de garbanzos con arroz.
Cuando veas que el arroz y las verduras están en su punto, es momento de incorporar las migas de bacalao que reservaste y los copos de wakame rehidratados. Permite que estos ingredientes se unan a la fiesta en la olla, aportando un toque del mar y un aroma inconfundible.
Añade las bolas de bacalao fritas sin olvidarlo, porque son la sorpresa en cada bocado. Deja que todo se mezcle durante unos minutos más, removiendo con cariño y suavidad. Así evitarás que esas pequeñas delicias se deshagan. ¿No te parece que empieza a oler a gloria?
Al momento de servir, coloca generosamente el guiso de garbanzos con arroz en platos hondos. Pero no te limites ahí; el toque maestro está en añadir medio huevo cocido en cada plato. Este pequeño gran detalle no solo añade color y sabor, sino una textura única que resalta el carácter de nuestro querido guiso.
Porque, seamos honestos, ¿quién no disfruta de un huevo cocido perfectamente partido decorando su plato? Es como un recordatorio de que la cocina es un arte simple y agradecido. Así, cuando los aromas cálidos y hogareños llenen el ambiente, sabrás que estás a punto de disfrutar de un verdadero plato casero.
Los garbanzos con arroz son, sin duda, una receta fácil, saludable y enormemente versátil que se adapta tanto a quienes siguen dietas vegetarianas como veganas, dependiendo de los ingredientes que elijas. Este plato, además de ser completo y nutritivo, te permitirá disfrutar de todos los beneficios de las legumbres junto con los cereales, una combinación clásica de la siempre amada dieta mediterránea. Ya decidas hacer las deliciosas bolas de bacalao o te inclines por una versión más sencilla, el resultado final será igualmente sabroso. Con su toque tradicional y lleno de sabor familiar, esta receta se convertirá en un imprescindible en cualquier cocina.
Si te ha encantado esta receta, te animo a que explores otras opciones igualmente deliciosas. Prueba los garbanzos de bote con arroz y chorizo para una versión más rápida y con un puntito de carne, o lánzate a probar nuestra paella con garbanzos, una alternativa creativa que combina lo mejor de la tradición con un aire innovador. ¡Anímate a cocinar y disfrutar de los mejores sabores con arroz y garbanzos!
Y si quieres seguir sorprendiéndote, no te pierdas el delicioso arroz con leche cremoso.