Este arroz a la zamorana huele a cocina de pueblo, a leña, a domingos en familia… Un plato castellano con alma, donde cada ingrediente cuenta y cada cucharada tiene historia. Y hoy te voy a contar de tú a tú, como se haría en casa, sin florituras pero con todo el respeto.
Con nuestro Arroz Especial Caldosos y Melosos como base, que aguanta bien el tipo y absorbe como esponja todo el sabor del sofrito, las carnes y ese caldo contundente que hace que este plato te abrace desde el primer bocado.
¿Te animas a prepararlo? Te aviso: si lo haces una vez, te lo van a volver a pedir.
Antes de que empiece la acción, deja los deberes hechos. Este arroz lleva varios ingredientes y lo mejor que puedes hacer es tenerlos ya preparados. Así cocinas sin agobios, sin carreras y disfrutando del proceso como se merece.
Corta el lagarto ibérico en trozos medianos y haz lo mismo con la oreja de cerdo si viene entera. Si ves algún huesecillo suelto o parte dura, fuera. Pela y pica muy bien los ajos y la cebolla, que se fundan bien en el sofrito. Corta la longaniza y el chorizo fresco en rodajas no muy gruesas. Y enjuaga los garbanzos bajo el grifo para quitarles el sabor del bote.
Por último, pon el caldo de carne a calentar en un cazo y mantenlo al fuego bajito. Infusiona las hebras de azafrán en un vasito con un poco de ese caldo caliente: verás cómo sueltan color y aroma. Ese toque final va a marcar la diferencia.
¿Sabías que el secreto del sabor empieza justo aquí? Pon la paellera al fuego con un buen chorro de AOVE e incorpora el chorizo picado. Fuego medio y sin prisas: lo importante es que suelte toda esa grasa rojiza que va a darle personalidad al arroz. Cuando esté doradito, retíralo del fuego y resérvalo. Ya verás cómo al final, vuelve con todo su carácter.
En ese mismo aceite, que ya está a tope de sabor, añade el lagarto ibérico troceado, la oreja y la longaniza. Esto es lo que le da potencia al plato. Fuego medio-alto y que se doren bien por todos lados. Sin atajos. Aquí se construye la base que hace que este arroz no se parezca a ningún otro.
Mueve la carne hacia los bordes de la paellera y usa el centro como si fuera un escenario. Ahí va el ajo y la cebolla bien picadita. Fuego suave, paciencia y cuchara de madera. Queremos que se poche, que se caramelice y que ligue con la grasa de las carnes. Ese olor te va a avisar cuando esté listo.
Cuando el sofrito esté bien hecho, añade una cucharadita de pimentón. Muévelo rápido para que no se queme y justo después incorpora los garbanzos cocidos, ya escurridos. Un par de minutos más al fuego y tendrás una base con cuerpo, con historia y con ese sabor a cocina castellana que se pega a la cuchara.
Añade ahora 3 litros de caldo de carne caliente y baja el fuego. Este paso no se puede acelerar: déjalo cocer 50 minutos, que se vayan mezclando sabores, que el caldo se reduzca, que se forme ese fondo oscuro que es puro sabor. Si tienes caldo casero, mejor que mejor. Aquí es donde el arroz empieza a contar la historia de la zamorana.
Ahora sí: incorpora el Arroz SOS Especial Caldosos y Melosos, perfecto para que se empape sin pasarse. Añade también las hebras de azafrán infusionadas en un poco de caldo. Cocina entre 15 y 17 minutos, removiendo con cariño de vez en cuando. El arroz debe quedar tierno, sabroso y con esa textura melosa que pide cuchara.
Cuando el arroz esté en su punto, apaga el fuego y coloca por encima el chorizo que reservaste al principio. Tapa con un paño limpio y deja que repose 10 minutos. Este descanso es clave: el arroz se termina de asentar, el caldo se integra y los sabores se abrazan. Sirve con ganas… y prepárate para las caras de sorpresa en la mesa.
El arroz a la zamorana no es solo un plato: es una vuelta a nuestras raíces, a la cocina de siempre, de olla lenta y cuchara en mano. Un arroz potente, sabroso y con alma, perfecto para compartir con quienes más quieres y rendir homenaje a la tradición castellana.
Y lo mejor de todo: hacerlo en casa es mucho más fácil de lo que parece si usas buen producto y sigues los pasos con mimo. En Arroz SOS te lo ponemos fácil para que vivas la cocina como lo que es: una forma de cuidar, compartir y disfrutar.
¿Te has quedado con ganas de más? Pues prueba este arroz caldoso con langostinos, si te apetece algo más marinero, o este arroz con costillas, otro clásico que nunca falla.
Con SOS, cada grano cuenta, y cada receta es una excusa para volver a la cocina… y sentarse a la mesa con ganas.