Este arroz a la milanesa es de esos platos que reconfortan. Tiene pocos ingredientes, pero cuando se cocinan con mimo, el resultado es espectacular. Un sofrito de cebolla suave, el arroz SOS Especial Risotto nacarado, el caldo caliente cayendo poco a poco, el perfume del azafrán que empieza a despertar y, por supuesto, ese final con queso parmesano fundido que lo abraza todo. Cremoso, delicado y con ese punto que solo tienen las recetas sencillas bien hechas.
Es uno de esos arroces que no necesitan nada más. Ideal para una comida en casa sin complicaciones o para sorprender con un plato que parece de restaurante, pero se hace en media hora. Si te quedas con ganas de más, prueba el risotto de trufa o el risotto 4 quesos, dos opciones igual de irresistibles.
¿Lista para saborearlo cucharada a cucharada? ¡Vamos con la receta!
Antes de empezar a cocinar, deja todo listo para que la receta fluya sin interrupciones. Pica media cebolla en brunoise, para que se integre bien en el arroz sin destacar en textura. Ralla una buena cantidad de queso parmesano y resérvalo en un bol para añadir al final.
Saca la mantequilla de la nevera para que esté a temperatura ambiente cuando la necesites, y mide los 300 g de Arroz SOS Especial Risotto que vas a utilizar.
Prepara también un caldo de pollo casero o envasado, manteniéndolo caliente en un cazo. Si vas a usar azafrán, infusiónalo en un poco de agua templada para que libere todo su aroma y color.
Y no olvides tener a mano un buen vino blanco seco, sal y pimienta negra molida, que serán claves para ajustar el sabor.
En una sartén amplia o cazuela baja, añade la mitad de la mantequilla y pocha la cebolla a fuego medio hasta que esté transparente y empiece a soltar todo su dulzor.
Si quieres que quede perfecta, aquí tienes la técnica secreta de los chefs para pochar la cebolla.
Incorpora el arroz y rehoga un par de minutos, hasta que los granos empiecen a tornarse nacarados. Luego, añade el vino blanco y deja que el alcohol se evapore.
Este paso le da ese toque profundo tan característico del risotto milanés.
Empieza a añadir el caldo caliente poco a poco, sin dejar de remover. Aquí no hay prisa: es en este ir y venir de cucharones donde el arroz empieza a liberar su cremosidad natural.
A mitad de cocción, en torno a los 10 minutos, añade el azafrán infusionado y verás cómo el color y el aroma transforman el plato.
Cuando el arroz esté casi listo, después de unos 18-22 minutos, incorpora el resto de la mantequilla y el parmesano rallado. Mezcla con suavidad, ajusta de sal y pimienta, y deja que todo se funda.
En cinco minutos más de reposo tendrás un arroz que es pura caricia.
Con esta receta de arroz a la milanesa, demuestras que no hacen falta complicaciones para cocinar algo inolvidable. Solo ingredientes que hablen por sí solos, tiempo para cuidarlos y, por supuesto, un arroz que esté a la altura. Y ahí es donde entra Arroz SOS Especial Risotto: cremoso, delicado y perfecto para absorber cada matiz del caldo y el azafrán.
Ideal para cuando te apetece algo reconfortante, especial y fácil de preparar, este risotto milanés te conecta con la tradición italiana desde tu cocina. Si te quedas con ganas de más, puedes seguir explorando con recetas como el risotto frutti di mare o el risotto ai funghi.
Porque cuando cocinas con Arroz SOS, cada plato tiene algo que contar.