Este ají de gallina es para chuparse los dedos, uno de esos platos que calientan los corazones y nos transportan directamente a la rica tradición de la cocina peruana. Con su textura suave y un toque picante gracias al ají amarillo, este guiso de pollo merece un lugar especial en tu mesa, ¡y en tu estómago! No es solo un plato, es casi un abrazo culinario que puedes compartir con los tuyos.
Antes de lanzarte a cocinar, asegúrate de tener a mano todos los ingredientes frescos y de calidad. Por ejemplo, una buena pechuga de pollo y un ají amarillo que esté en su punto son claves para dar en el clavo con esta receta. Con un poco de organización previa, el proceso fluirá como un domingo tranquilo en la cocina. Prepara la olla, afila el cuchillo y deja que el aroma del ají de gallina te envuelva mientras cocinas.
Si te quedas con ganas de más, te invito a probar el arroz amarillo con pollo en thermomix o el cremoso de arroz y pechuga de pollo. ¡Te van a encantar!
Vamos a darle vida a las pechugas de pollo, que son la estrella de nuestro ají de gallina. Coloca las pechugas en una cacerola grande junto al agua, un par de ramas de apio y el puerro. Empieza a cocinarlas suavemente, añadiendo un toque de sal. El objetivo es que el pollo quede tierno, como si estuvieras preparando la carta ganadora de un guiso peruano inolvidable.
Una vez que las pechugas estén tiernas, no te olvides de reservar el caldo que se ha formado, colándolo para una textura suave. Así, tendrás una base deliciosa para tu ají de gallina. Y hablando de trucos, asegúrate de que el caldo no se evapore mucho: queremos esa esencia para darle sabor a nuestro plato.
Vamos a darle ese toque especial al aji de gallina con nuestro buen amigo el pan, que, a falta de gallardía, se empapará como nunca en el caldo aromático que hemos preparado. Elige pan duro o de molde y déjalo que se embeba bien, como si fuera una esponjita en la ducha.
Al empapar el pan, recuerdas siempre esos olores de domingo en casa de la abuela. Ahí es donde la magia empieza a suceder en este guiso peruano. No te preocupes si parece que se deshace, esa es la conversación que queremos entre el caldo y el pan; un diálogo suculento de sabor.
Este es el momento de darle sabor al plato con nuestro delicioso sofrito. En una sartén, pon a bailar la cebolla morada picada, la zanahoria cortada en brunoise, los dientes de ajo bien picaditos y una pizca de comino. Cocina hasta que las verduras estén tiernas y desprendan ese aroma que invita a quedarse en la cocina.
Luego, añade las nueces pecanas molidas junto a la pasta de ají amarillo y de ají panca. Continúa removiendo con cariño hasta integrar todo bien. Verás cómo el guiso empieza a cobrar vida y color. ¡No te apresures! Déjalo cocer a fuego bajo para que los sabores peruanos se mezclen de maravilla.
Aquí viene el truco para un ají de gallina de rechupete. Añade al sofrito ese toque cremoso con un generoso chorrito de leche evaporada y un poco de rico queso parmesano. Salpimienta al gusto, porque cada cocina tiene su propio sazón. Añade el pan empapado y mézclalo todo como si estuvieras en un baile bien ensayado.
Con la mezcla bien integrada, es hora de sacar tu batidora de confianza para triturar todo hasta conseguir una textura suave y aterciopelada. Vuelve a llevar esta fiesta de sabores a la sartén y déjala a fuego lento para que todos esos ingredientes se abracen del todo. ¡Ya verás cómo se convierte en la estrella de tu mesa!
Ya es momento de darle todo el protagonismo al pollo. Con cariño y paciencia, deshilacha la pechuga de pollo que cocinaste previamente. No te preocupes si los hilos no quedan perfectos; el objetivo es que cada mordisco tenga un poquito de este sabor delicioso.
Incorpora el pollo deshilachado a la sartén donde tienes la mezcla de ají amarillo y ají panca. Baja el fuego y deja que todo se cocine a fuego lento por unos minutos. Mientras remueves, sentirás cómo el aroma característico de este plato típico peruano empieza a llenar tu cocina, prometiendo una experiencia inolvidable.
Empezamos con algo básico pero esencial: el arroz. Ya sabes, ese compañero infaltable en el ají de gallina. Toma tu arroz largo de Arroz SOS, y mézclalo con amor en la proporción clásica: dos partes de agua por cada parte de arroz. Un toquecito de sal y ¡a fuego medio-bajo! No te olvides de darle alguna vueltecita, pero sin agobios, como si estuvieras rememorando un domingo tranquilo.
Cuando el arroz se haya bebido toda el agua, quítalo del fuego y cúbrelo. Eso sí, déjalo reposar unos minutos, tal como si estuviera acurrucándose en una cama de vapor. ¿Quién no ha esperado pacientemente por esa esponjosidad final? Así, cuando lo sirvas junto al pollo y la salsa de ají amarillo, todo estará en su punto, y tú serás el chef estrella de tu cocina.
¡Llegó la hora de darle el toque final a tu ají de gallina! Sirve este delicioso guiso peruano con un acompañamiento perfecto: arroz blanco bien esponjoso. Y para decorar, no hay nada como unos huevos duros cortados en rodajas y un puñado de nueces que añadirán un toque crujiente y sabroso a cada bocado.
Hecho esto, estarás listo para disfrutar de un plato que no solo es un festín para el paladar, sino también para la vista. ¿Quién puede resistirse a un plato tan colorido y bien preparado? Ahora, solo te queda compartir este momento especial y disfrutarlo como si estuvieras en el mismísimo Perú. ¡Buen provecho!
Preparar un auténtico ají de gallina es una experiencia culinaria que te lleva directamente al corazón de la cocina peruana, donde cada bocado está cargado de tradición y sabor vibrante. Con unos pocos truquitos bajo la manga, este plato clásico se convierte en una delicia que puede enamorar a tus comensales y llenar de alegría su paladar. ¿Te atreves a perfeccionar tus habilidades culinarias y a disfrutar de un ají de gallina inolvidable? Y si te ha picado el gusanillo de descubrir más delicias, en nuestra web puedes explorar las maravillas de nuestro arroz sos largo.
Por cierto, si te apetece seguir experimentando en la cocina, te recomiendo probar la receta de arroz brócoli con pollo, nuestro cremoso de arroz con pechuga de pollo, o el clásico arroz con leche cremoso. Puedes encontrarlas en nuestra web y seguir descubriendo nuevas formas de disfrutar con Arroz SOS.