¿Buscas una receta con sabor profundo, textura cremosa y un toque elegante para sorprender en casa? Este risotto de hongos y parmesano es justo lo que necesitas. Un plato que convierte ingredientes humildes en una experiencia de restaurante, sin complicaciones. Ideal para una comida especial o una cena reconfortante, esta receta combina setas variadas con el inconfundible sabor del Parmigiano Reggiano, sobre la base de un arroz meloso que se cuece lentamente para liberar todo su almidón y conseguir esa textura irresistible.
Y si te has quedado con ganas de más inspiración, prueba nuestro risotto de gambas y calamares o este sorprendente risotto con alcachofas. Dos opciones igual de cremosas y llenas de sabor.
¡Vamos a cocinar!
Antes de ponernos a cocinar, deja todos los ingredientes listos. Pela y pica la cebolla en dados pequeños, mide el arroz, hidrata los boletus en el caldo de verduras caliente y asegúrate de tener a mano las setas frescas, el vino blanco, la mantequilla y el queso parmesano. Este paso te ahorrará tiempo durante la cocción. Si buscas más ideas con setas, visita esta receta de risotto de boletus.
Pon un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una sartén grande o cazuela y añade la cebolla picada. Cocina a fuego medio-bajo durante unos 15-20 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que quede bien blanda y ligeramente caramelizada. Este sofrito aportará dulzor y profundidad al risotto.
Mientras la cebolla se cocina, coloca los boletus deshidratados en un recipiente con el caldo de verduras bien caliente. Déjalos hidratar durante 10-15 minutos. Una vez rehidratados, pícalos si son muy grandes. El caldo tomará un sabor intenso a seta, ideal para el risotto.
Trocea las setas frescas (shiitake, ostra, shimenji…) y agrégalas a la cazuela con la cebolla. Salpimienta al gusto y cocina a fuego medio durante unos 5-8 minutos, hasta que estén doradas y hayan soltado su agua. Esta combinación será la base del sabor de nuestro plato.
Incorpora el arroz Especial Risotto de SOS a la cazuela. Remueve bien para que se impregne de los sabores del sofrito y las setas. Vierte la copa de vino blanco y cocina, removiendo constantemente, hasta que se evapore el alcohol. Este paso añade acidez y aroma al plato.
Empieza a añadir el caldo caliente con los boletus hidratados, cucharón a cucharón. Remueve con frecuencia para que el arroz libere su almidón y la textura se vuelva cremosa. No añadas más caldo hasta que el anterior se haya absorbido por completo. Este proceso durará unos 18-20 minutos.
Mientras se cocina el risotto, haz una teja de parmesano: pon un poco del queso rallado en una sartén antiadherente formando un círculo. Cocina a fuego medio hasta que se derrita y dore ligeramente. Retira y deja enfriar. También puedes utilizar otros quesos, aquí tienes más ideas en nuestro artículo sobre la elección de quesos para un risotto de setas inolvidable.
Cuando el arroz esté al dente, apaga el fuego y añade la mantequilla en pomada y el queso parmesano rallado restante. Remueve bien hasta que se funda e integre. Este proceso, llamado “mantecatura”, aporta brillo, cremosidad y un sabor redondo al risotto.
Sirve el risotto caliente en platos hondos. Coloca una teja de parmesano encima de cada ración para aportar textura crujiente. Añade un poco de pimienta negra recién molida y, si lo deseas, unas láminas de setas salteadas para decorar. ¡Y a disfrutar de este manjar italiano en casa!
El risotto de hongos y parmesano es de esas recetas que te reconcilian con la cocina lenta, con el mimo y con el disfrute de cada cucharada. Su cremosidad, el aroma a setas y el punto perfecto del arroz lo convierten en un plato elegante, reconfortante y perfecto para ocasiones especiales… o simplemente para regalarte un momento de placer culinario.
Si te has quedado con ganas de seguir explorando sabores intensos y texturas melosas, no te pierdas nuestro risotto 4 quesos, una opción irresistible para los amantes del queso, o atrévete con el sorprendente risotto de remolacha, lleno de color y originalidad.
Ahora que tienes la receta… ¿qué tal si te pones el delantal y te das un capricho?