El delicioso arroz con pollo casero es una de esas recetas que nos devuelve al calor del hogar. Al combinar el arroz SOS con su textura perfecta, con la jugosidad de unos buenos muslos de pollo y la frescura de las verduras, logramos un plato principal tan reconfortante que parece que huele a domingo en casa de la abuela. Ideal tanto para un día cualquiera como para impressionar en una comida especial.
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano todos los ingredientes: los 300 gramos de arroz SOS Redondo, 4 muslos de pollo, el pimiento verde, la cebolla, un poco de tomate triturado, los dos dientes de ajo, y el imprescindible caldo de pollo. Ah, y no olvides el pimentón dulce, la sal y ese chorrito de aceite de oliva virgen extra que todo lo transforma. Con estos esenciales, te será fácil preparar un plato de 10.
Para aquellos días en los que apetece innovar un poco, te dejo como recomendación personal probar el arroz con pollo y caldo de mi repertorio favorito. Y si buscas algo más caldoso y lleno de sabor, no te pierdas el arroz caldoso con pollo. ¡Te encantarán!
Antes de meterte de lleno en esta aventura culinaria, es vital tener tus ingredientes bien preparados. Así que corta la cebolla y el pimiento verde en trozos manejables, y lamina el ajo cual láminas de oro. Asegúrate de que los muslos de pollo estén listos y no te olvides del tomate triturado.
Ahora, pon el caldo a calentar en un cazo; lo queremos bien caliente para cuando llegue el momento clave de añadirlo al arroz. Y si buscas otra opción deliciosa, nuestro guiso de pollo con arroz es perfecto para un día frío. ¡No te lo pierdas!
Comienza calentando un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en una sartén amplia; como quién despierta el alma de un buen plato de arroz con pollo. Añade la cebolla bien picadita y deja que se cocine a fuego medio durante unos 10 minutos, removiendo con amor para evitar que se dore demasiado.
Este primer paso es clave para lograr ese sabor que nos hace recordar los domingos familiares alrededor de la mesa. ¡La casa debe empezar a oler a una mezcla de nostalgia y delicia! No te preocupes, aunque te parezca eterno, la espera valdrá la pena. La cebolla es ese ingrediente mágico que transforma lo cotidiano en extraordinario.
Llegó el momento de darle un buen punch de sabor a nuestro arroz con pollo. Echa en la sartén los ajos laminados finitos y el pimiento verde cortado en trocitos pequeños. Remueve bien, como si estuvieras mezclando una buena playlist, y verás cómo empiezan a soltar su delicioso aroma, que hará que más de uno asome la cabeza por la cocina.
Después de unos minutos de baile aromático, añádele un poco de sal y una cucharadita de pimentón dulce. Esto, además de sabor, le dará ese colorcito rojizo irresistible. ¡Ojo! No te despistes con el tiempo, queremos las verduras tiernas, pero no quemadas. ¡A disfrutar ese olor a domingo en casa!
Sube un poquito el fuego y coloca los muslos de pollo en la sartén, justo cuando las verduras empiecen a soltar ese aroma irresistible. Este paso es esencial para darle a nuestro arroz con pollo casero delicioso un toque jugoso por dentro. No te apresures; ¡déjalos dorarse con paciencia!
Mueve los muslos de vez en cuando para asegurarte de que se doren de manera uniforme. Ese color dorado es lo que buscamos, y te prometo que valdrá la pena. Verás cómo poco a poco cogen un tono tostado espectacular que elevará el plato a otro nivel. ¡Ya huele a domingo en casa!
Ha llegado el momento de darle vida a nuestro “arroz con pollo casero delicioso”. Añade el tomate triturado a la sartén y deja que se mezcle con el sofrito. Como un buen vino, dale unos minutos para que todo se impregne de su esencia. ¡Te juro que el aroma será irresistible!
Mientras el tomate hace lo suyo, asegúrate de que el caldo de pollo siga caliente en la cacerola. Así, cuando lo incorpores al arroz, no interrumpirá la cocción y el grano quedará perfecto. Confía, este detalle marca la diferencia entre un arroz común y uno para chuparse los dedos.
Aquí llega uno de mis momentos favoritos: añadir el arroz al sofrito. Cuando lo haces, enseguida los aromas de la cebolla, el pimiento y el ajo se mezclan en un abrazo del que el arroz quiere ser parte. Remueve bien para que cada grano se sienta incluido en la fiesta de sabores que estás creando.
Deja que el arroz se nacare un par de minutos. Esto, aunque suena técnico, es clave para que tome ese color ligeramente transparente y absorba el sofrito de maravilla. Confía en mí, es como magia. Cuando lo veas, sabrás que tu arroz con pollo casero delicioso va por buen camino. ¡Casi, casi puedes oler el domingo familiar en la cocina!
¡Vamos allá! Una vez que el caldo comienza a hervir, es el momento perfecto para darle vida al arroz. Vamos a ir añadiendo el caldo caliente poco a poco. Añade un par de cazos al principio y remueve con cariño. Cuando veas que el líquido ha sido absorbido, repite el proceso.
Este es el momento de encontrar el equilibrio, como cuando intentas ganar en pulso con tu cuñado. Sigue así, con paciencia, hasta que el arroz esté en su punto. No te preocupes si necesitas ajustar, cada cocina es un mundo. ¡Ya verás qué satisfacción cuando veas el resultado!
¡Ya casi lo tenemos! Cuando veas que el arroz está en su punto jugoso, retíralo del fuego y dale unos 5 minutos de reposo. Tápalo como un tesoro para que mantenga ese toque meloso y conserve todo su aroma. Es el momento de preparar el plato y la cuchara.
Sirve bien caliente y deja que el aroma invada la casa, despertando esos momentos de cocina casera que tanto nos gustan. ¿A quién no le apetece un buen plato de arroz con pollo cuando el olor llena la estancia? Es hora de disfrutar de tu creación y quizás acompañarla con un buen vino.
¡Y aquí lo tienes! Una receta que nunca falla, con ingredientes sencillos y un resultado que bien merece un aplauso. Si sientes curiosidad por darle un giro a esta base tan versátil, te animo a probar nuestro arroz con pollo peruano, o aventurarte con el toque especial del arroz y pollo al curry. Dos ideas diferentes, pero igual de deliciosas. Toca servir, disfrutar y, si queda algo… ¡repetir! Y si te quedas con ganas de más, te recomiendo personalmente que no te pierdas la experiencia del arroz con brócoli y pollo, la receta clásica del arroz con pollo, o el sorprendente pollo al curry con arroz.