Arroz al horno como lo hacía la abuela

Elaboración

• Preparación previa de los ingredientes

  Antes de meterte de lleno en esta receta de arroz al horno de la abuela, es crucial tener todo bien organizado. Comienza cortando el tomate maduro en rodajas, igual que las patatas. Yo siempre tengo el ajo listo junto a las costillas de cerdo y los garbanzos cocidos. Aquí está el misterio: el caldo tiene que estar caliente, mantenlo a fuego lento para que no pierda su magia.

  Un consejo de amigo: si quieres que tu arroz al horno tradicional tenga ese toque especial, asegúrate de usar un buen pimentón y un poco de azafrán, que le da un guiño de color y sabor mediterráneo. Así, cuando tus invitados lo prueben, sentirán como si la abuela estuviera vigilando la cocina.

  

• Sofreír las patatas y el tomate

  Enciende el fogón y, mientras esperas a que el aceite de oliva virgen extra tome temperatura, imagina el aroma del arroz al horno de la abuela. Fríe las patatas en rodajas hasta que se tornen doradas y ligeramente crujientes. 

  

  Luego, date el gusto de darle una pasada a las rodajas de tomate; solo un par de minutos bastarán para liberar su esencia. Ten paciencia y retíralos para más adelante. En estos pequeños pasos, el arroz al horno tradicional comienza a cobrar vida. ¡Que no se te escape nada!

  

• Dorar las costillas con la morcilla, los garbanzos y el pimentón

  En la misma sartén, echa un chorro más de ese buen aceite de oliva virgen extra que tienes en casa. Agrega las costillas de cerdo y dales la vuelta hasta que estén doraditas por todas partes. Al tener el punto deseado, añade la morcilla para que suelte sabor. Importante: que no se deshaga. ¡Qué suerte de ingredientes!

  Ahora viene la parte que hace de este arroz al horno de la abuela una auténtica maravilla. Incorpora los garbanzos cocidos y deja que se mezclen bien. Luego, en el centro de la sartén, espolvorea el pimentón dulce. Remuévelo a toda prisa para que no se te queme y se integre de maravilla con el resto.

  

• Incorporar el arroz

  Llega el momento de darle protagonismo al arroz al horno de la abuela. Añade el Arroz SOS Bomba a la sartén, allí le esperan los aromas deliciosos de las costillas y la morcilla. Remueve con cariño, como si estuvieras envolviendo un recuerdo familiar, para que todos esos sabores mediterráneos se fusionen.

  ¿A quién no le encanta ver cómo el arroz empieza a empaparse del color del caldo? Mientras remueves, imagina que estás haciendo magia culinaria, esa que sabe a tradición y a domingos con los tuyos. Ah, y asegúrate de que cada grano se lleva su porción justa de cariño.

  

• Añadir el caldo y hornear

  Encendamos el horno a unos 220ºC, que es el secretito para un arroz aromático. Transfiere cuidadosamente todo lo de la sartén a una fuente para horno. Ubica el arroz bien repartido y cubre con el caldo caliente; aquí está la magia para convertir un arroz al horno en el arroz al horno de la abuela.

  Incorpora los ajos, esos amigos de siempre en la cocina, y coloca encima las patatas y los tomates con mimo. Déjalo en el horno durante unos 20 minutos.  Si sigues cada paso, habrás firmado un plato mediterráneo de restaurante, ¡made in casa!

  

• Dejar reposar y servir

  Después de hornear este sabroso arroz al horno de la abuela, hay un pequeño truco mágico: déjalo reposar. Unos minutos son suficientes para que los aromas se mezclen y se asienten. ¡ Acaso no llevas esperando toda la semana para que sea domingo! No tengas prisa, que la espera siempre mejora lo bueno. ¡Confía!

  Ahora viene el momento de la verdad: sirve este arroz humeante y deja que los elogios fluyan como el aroma del azafrán. Cada bocado es un viaje al Mediterráneo, una experiencia casera que recuerda a esas comidas que alimentan el alma. ¡Comería esto todos los días!

  

Conclusión

El arroz al horno receta de la abuela es como un abrazo culinario donde se encuentran lo mejor de la cocina tradicional. Con ingredientes tan auténticos como el arroz, la morcilla, las costillas y ese toque mágico que da el azafrán, este plato te transporta a esas reuniones familiares donde la conversación fluye y la risa es protagonista. No requiere complicadas técnicas de chef, solo un poco de mimo y atención para conseguir ese sabor profundo que te hará repetir.

Ahora, si las ganas de seguir experimentando en la cocina te pican, no te quedes ahí. Atrévete a variar y sorprende a los tuyos con platos como el arroz con pollo al horno, explora la frescura del arroz al horno con verduras, o para un toque diferente, prueba la sorprendente fideuá al horno, ¡porque en la variedad está el gusto!