El arroz es uno de los alimentos más ancestrales de la gastronomía a nivel mundial. De él provienen numerosas recetas que se han convertido en un sello de identidad de las distintas gastronomías del mundo, como la paella, el risotto o el arroz chino, entre otras muchas.

Este cereal es uno de los más consumidos a lo largo de la historia, y es que su cultivo se remonta a unos 7.000 años atrás. Según datos históricos y arqueológicos, las primeras plantaciones de arroz se dataron en Asia, más concretamente en China y la India para después extenderse hacia otras regiones del continente y, de ahí, al resto del mundo.  

El arroz, cocinado simplemente hervido, cuenta con numerosas propiedades a nivel nutritivo que ayudan a nuestro organismo. Entre ellas, destaca su gran aporte como fuente de energía, ya que su principal componente es el almidón. Al ser procesado por nuestro cuerpo, el almidón se convierte en energía, por lo que si eres una persona que realiza mucha actividad física este alimento no debe faltar en tu dieta.

El arroz, fuente de bienestar 

Por otro lado, el arroz blanco nos aporta gran cantidad de nutrientes, especialmente de vitamina B, que está estrechamente relacionada con la obtención de energía y vitalidad, así como la metabolización de las células de nuestro organismo. El conjunto de vitaminas B es esencial para mantenernos sanos y en buen estado en todo momento.  

De la misma manera, se trata de un alimento alto en fibra, lo que beneficia directamente a nuestro sistema digestivo. No es de extrañar, pues, que en ciertas dietas para personas que sufren dolencias estomacales el arroz hervido blanco sea una de las bases. También tiene un alto contenido en hierro, lo que lo hace perfecto para las mujeres embarazadas e incluso ayuda a prevenir la anemia.  

De cara a mantener en buen estado nuestros tejidos corporales, el arroz es una excelente fuente de fósforo, que actúa directamente en la correcta formación de los huesos, así como de los músculos y la división de células.  

Alimento bajo en grasas y perfecto para los celíacos 

El arroz pertenece al grupo de alimentos englobados como cereales, por lo que su propia naturaleza indica que se trata de un ingrediente con unos niveles de grasa muy bajos. Además, aporta a nuestro organismo una buena dosis de hidratación, ya que durante su elaboración absorbe el agua de la cocción.  

Estos elementos hacen del arroz el plato ideal para personas con problemas cardiovasculares o con el colesterol alto. Para las personas con diabetes también es una opción ideal, puesto que su composición se encarga de regular la glucosa en sangre y transmitirla de manera constante, previniendo que puedan suceder picos de azúcar. Además, su bajo contenido en sodio también beneficia a las personas que puedan tener problemas con la tensión arterial.  

A diferencia de otros cereales, el arroz no contiene gluten, por lo que, si eres celíaco o llevas una dieta gluten free, esta es tu mejor opción para mantenerte sano y en forma sin renunciar a todas las propiedades de los cereales.

Un ingrediente con muchas posibilidades 

Si buscas mantener una dieta sana y equilibrada, introducir platos con base de arroz es clave para conseguir el éxito. Se trata de un alimento con multitud de posibilidades y muy versátil, ya que puede combinarse con otros como la carne, el pescado o la verdura sin ninguna dificultad. Puede servirse tanto en platos calientes como en ensaladas frías o templadas, ¡e incluso en postres! 

Además, cuenta con distintas variedades de arroz, que varían según su tamaño o su color, como el arroz integral, el arroz jazmín, mucho más aromático, u otros para platos específicos como el risotto, el arroz para sushi o el arroz bomba. Ya se sabe que en la variedad está el gusto. Prueba diferentes tipos de arroz y benefíciate de todas sus propiedades sin renunciar a todo el sabor de una buena comida.