Si comer es un placer, cocinar debe serlo también.  Y para ello, más allá de un espacio adecuado,  los utensilios necesarios y  una buena ventilación, nada como algunos trucos para ahorrar tiempo y energía o ensuciar menos. Porque pasarse el día con la bayeta en la mano no nos parece precisamente un planazo.   Pero tenemos un as en la manga, algunos trucos con los que cocinar platos deliciosos de forma eficiente, y evitar que una comida especial te tenga más horas de las necesarias con el delantal puesto o el estropajo en la mano y sin tiempo ni fuerzas para disfrutarla. Aquí van unos cuántos trucos que te harán la vida más sencilla:

Pelar fácilmente un huevo cocido: sólo necesitas un tupper con agua y unos 10 segundos de tu tiempo. Sí, sí, has leído bien: sólo 10 segundos. Si te has quedado con la boca abierta, tranquilo, no eres el único. Estos japoneses que vieron la demostración del truco también.  Cuando te repongas, anímate a ponerlo en práctica y convierte unos rollitos de ensalada de arroz en una receta realmente express.

 Quitar la piel a los ajos: No siempre resulta sencillo, ya que muchas veces la cáscara está demasiado pegada y es complicado deshacerse de ella sin recurrir a l cuchillo y llevarse por delante parte del ajo. ¿Cómo resolverlo? al igual que en el truco anterior, necesitas un recipiente con agua, en este caso fría. Pero en lugar de agitar, aquí de lo que se trata es de que los ajos reposen sumergidos en ella varias horas. Una vez transcurrido ese tiempo, quitar la piel de los ajos con las manos será coser y cantar. Es una estupenda opción, no sólo para los ajos más resistentes, sino también para quien no sea especialmente habilidoso con el cuchillo o para que los peques nos puedan echar una mano en la cocina sin recurrir a elementos cortantes.

Dar forma a las albóndigas: Si todavía eres de las que amasa la carne con la encimera llena , de harina, y  el mismo estilo con el que tus peques dan forma a las bolas de plastilina…créenos, hay una forma mejor.  Lo ideal para este truco es contar con un vaso de tubo, pero cualquier vaso pequeño de vino puede servir. Pon algo de harina en el fondo y las paredes, introduce una pequeña porción de la carne y mueve ligeramente el vaso de manera que la carne vaya golpeando los laterales y cogiendo forma. No sólo te ahorrará tiempo sino que además hará que la forma sea más uniforme y, sobre todo,  ensuciarás mucho menos la cocina.  Además, unas albóndigas con algo de arroz como guarnición pueden ser una cena rápida ideal para los peques.

Evitar que se peguen alimentos en la sartén: Antes de cocinar tortillas o cualquier otra cosa con riesgo de ‘encariñarse’ demasiado con tu sartén, tuesta en ella a fuego vivo abundante sal fina, luego retírala, limpia la superficie con un papel de cocina engrasado en aceite de oliva y… ¡Listo! Este truquillo nos lo ha chivado el cocinero Sergio Fernández en su libro ‘Los trucos de Sergio’ y nos viene estupendo para la tortilla francesa de la cena o un revuelto consetas, un producto de temporada que te enseñamos a aprovechar en la cocina.

Limpiar el horno o el microondas: Sí, lo sabemos, lo odias. Normal, no hay tarea más engorrosa a la hora de poner a punto la cocina que la de meter la cabeza en el horno estropajo en mano y dejarte todas tus fuerzas en frotar una costra de grasa que parece más dura que el hormigón armado.  Si eres de las afortunadas con un horno pirolítico, de eso que te libras, si no, apunta. No podemos evitar que tengas que coger la bayeta pero al menos podemos ponértelo más fácil. ¿Cómo? Calienta el horno con un recipiente con agua dentro y el vapor de agua ablandará algo toda esa suciedad. En el caso del microondas puedes hacer lo mismo y añadir además unas gotitas de limón y/o lavavajillas al agua. Después pasa un trapo limpio y humedecido por toda la superficie y ¡voilá! ¡El microondas como nuevo!

Evitar que salte el aceite: ¿Cómo evitar todas esas salpicaduras de aceite hirviendo que invaden tu cocina cada vez que haces un huevo frito? Hay quién directamente sale corriendo y decide abandonar durante unos minutos el huevo –y las paredes- a su suerte. Pero no te lo recomendamos. En lugar de eso, echar un pellizco de harina o maicena en la sartén te evitará la carrera y la posterior sesión de limpieza.

Batir sin salpicaduras: Se venden tapas específicas para ello pero puedes ahorrarte ese dinero, porque hay una solución casera mucho más simple, aunque de tan obvia muchas veces ni se nos pasa por la cabeza . Basta con colocar un papel film adhesivo que cubra la superficie del bol, y hacer un corte en el centro que te permita introducir el brazo de la batidora. Luego tiras el papel film y asunto resuelto.

¿Se te ocurren otras ideas para simplificar la cocina? ¿Qué otros trucos utilizas? ¡Compártelos con nosotros en los comentarios! Porque cocinar bien y comer auténticas delicias no está reñido con hacernos la vida más sencilla. ¡Disfruta del placer de cocinar y pon en marcha tu ingenio para ahorrar tiempo y energía en tus recetas!